¿A ti qué te parece el cambio de hora?

Esta noche nos ha tocado de nuevo manipular las manecillas del reloj. Como cada otoño hemos retrasado una hora a nuestro reloj, de manera que a las 3 am volvían a ser las 2 am. En España llevamos años repitiendo esta acción dos veces al año: una en primavera, y la otra en otoño. La razón, supuestamente, es el ahorro energético, pero ya son muchos los que relacionan esta práctica con términos como «inercia», «tradición» y «rito».

Y es que cada vez hay más dudas en cuanto a la efectividad y utilidad del cambio horario. La Red Eléctrica Española habla de un ahorro energético de entre el 0,1 y el 0,5 por ciento. En Galicia, por ejemplo, creo que es uno de los lugares del país en el que menos se ahorra, puesto que por su situación, al hacer el cambio a la misma hora que otras comunidades como Madrid o Valencia, el ahorro que se produce es casi insignificante.

Es cierto que, con este cambio, por las mañanas tendremos más luz y, a lo mejor, no tendremos que encender la luz hasta tan tarde como lo hemos tenido que hacer estas mañanas pasadas (que hasta casi las 8.30 am no amanecía), pero después, por la tarde, tendremos que encender la luz desde las 6 pm. O sea, ¿que lo que no gastamos por la mañana lo gastamos por la tarde?

Mi opinión está un poco dividida porque me acuerdo que el año pasado, cuando estaba en Costa Rica, muchas veces vi un error que ellos no cambiaran la hora porque antes de las 6 de la mañana ya era de día, pero después, a las 6 de la tarde, ya era de noche, y noche cerrada. Y daba pena que siendo verano, un tiempo increíble, se te acabara el día tan pronto. Aunque también es verdad que ellos tienen, más o menos, amoldados sus horarios a la luz, es decir, que la mayoría entra a trabajar a las 8am, los niños van al cole a las 7.30-8, y después se les acaba el día antes, sobre las 5pm. Aquí, porque amanece más tarde, los trabajos suelen empezar más tarde (9-10).

Sin embargo, como esto del cambio de hora es como una especie de jet-lag, muchos médicos han afirmado que esta alteración del reloj, aunque en este caso sólo es de una hora, provoca una agresión al organismo. Dicen que se puede sufrir ansiedad, trastornos del sueño y de la alimentación, falta de concentración, irritabilidad, entre otros muchos síntomas. Así que si hoy estamos más secos, irascibles y atontados, pensad que es por el cambio de las agujas del reloj.

¿Qué pensáis? ¿El cambio de hora es bueno o no?

 

Fuentes: EP, El País, Microsiervos


¡Bon Jovi viene a Madrid!

Mañana, 27 de octubre, salen a la venta las entradas para el concierto de Bon Jovi! Sí, la mítica banda de Nueva Jersey vuelve a Madrid el día 6 de noviembre y ofrecerá un concierto en el Teatro Circo Price. Debe de ser que quedaron encantados con la acogida que se les dio cuando estuvieron en junio en el Rock in Rio, y ya que el lunes 7 venían a los Premios MTV han decidido aprovechar y dar un concierto en la capital.

Yo ese concierto del Rock in Rio lo vi desde casa y todavía recuerdo la envidia que me dio toda esa gente que estaba viendo en vivo la actuación de temazos como Livin’ on a prayer o In these arms. En ese momento dije: «la próxima vez que vengan no me lo pierdo». Y por eso espero que así sea y pueda estar en el Circo Price el 6 de noviembre.

Los últimos años de Bon Jovi no los he vivido mucho, y el cambio que dieron con álbumes como Bounce, Have a nice day o Lost highway no me gustó mucho.

Sin embargo, tengo que decir que Bon Jovi es uno de los primeros grupos que me empezó a interesar cuando era bien pequeña. You give love a bad name, These Days, Someday I’ll be Saturday night son algunos de los títulos que yo no paraba de escuchar en mi radiocassette  y en mi walkman.

No sabía ni lo que decían, y de vez en cuando avasallaba a mi padre con ¿»qué significa ‘ain’t’…»?, ¿»qué significa ‘highway’…»?… y eso era cuando me daba por mirar el librito de las letras. No siempre lo hacía, pero me sabía todas las canciones, aunque no las letras, claro.

«Si ses güi gara jol on to guat güi gat», era mi interpretación de «she says we’ve got to hold on to what we’ve got».

O también el famoso estribillo… «Ohhh, güi gei güey deer, ooh, livin on a preyer…», que en realidad decía: «Ohhh, we’re half way there, whoa-oh, livin’ on a prayer…»

Cuántas veces las habré cantado en mi habitación, o saltando en un bar con amigos, o simplemente en mi cabeza. Y lo mejor de todo es que siempre he tenido la misma sensación: ¡euforia, fuerza, subidón!

Por eso, porque son Bon Jovi, tengo muy claro de que les quiero ver en directo, al menos, una vez en la vida.

Bajo del mar…

¡Qué razón tenía Sebastián! ¡El mundo que hay debajo del mar no tiene comparación!

Y esto lo digo como Open Water Diver (:-) jeje). Muchas veces tenemos ideas equivocadas de las cosas antes de probarlas. Yo no es que las tuviera en este caso, ni mucho menos, pero sí que justo antes de hacer mi primera inmersión me entró una especie de respeto-miedillo por la incertidumbre de lo que me iba a encontrar. ¿Y si de repente me agobio y estoy a mil metros de la superficie? ¿Estará muy oscuro ahí abajo? ¿Y si no sé compensar la presión y me hago daño en los oídos? Lo típico, vamos. Pero todo eso desaparece en cuanto te sumerges y observas ese otro mundo que hay debajo del nuestro.

Montañitas, arcos, llanuras… ¡vida! Sabemos que hay todo eso debajo de la superficie, pero impresiona mucho verlo. Una lancha o zódiac te lleva a toda velocidad rumbo al interior. Te vas alejando de la orilla, cada vez más, hasta que al final llegas a tu destino. Estás debajo del peñón de Ifach, en Calpe, rodeada de agua por todas partes, ¡y toca saltar al agua!

Chaleco, Plomos, Tiras, Aire, Ok (Cada Persona Trabaja Ayudando a Otra)

Con el equipo puesto y revisado, esperando para descender, miras hacia abajo y, de pronto, te ves como subido ¡en lo alto de un edificio o de un precipicio! Estás suspendida, flotando en el agua, y no te puedes caer, pero lo que tienes delante es un vacío enorme.

Ahí abajo todo es paz y tranquilidad, lo único que escuchas es tu respiración y las burbujitas que salen de tu regulador. A 15 metros sigue habiendo muchísima luz, parece como si la superficie estuviera mucho más cerca de lo que está, y no hay ningún tipo de agobio. Al principio te sobrecoge pensar que vas a estar en medio del mar, pero ahí abajo no tienes esa sensación, no hay estrés, ¡todo es perfecto!

Eres uno más, eso sí, eres la especie más equipada. Te mueves con tus aletas admirando todo lo que hay a tu alrededor y un pececillo que pasa por ahí te mira extrañado como diciendo «¡qué raro eres!, ¿qué llevas puesto?». Y tiene razón, él va así tan ligerito, mientras que nosotros tenemos que llevar todo eso a cuestas para poder visitar su espacio.

La visita no dura mucho; al fin y al cabo, nosotros no estamos hechos para el medio submarino, pero cuando sales lo que tienes claro es que quieres volver, ¡y muy pronto! Los que llevan mucho tiempo en esto dicen que engancha, y me lo creo. A los que no lo han probado, ¡que lo prueben!

¡¡Vuelven las marionetas!!

Antes, en generaciones pasadas, parecía que los muñecos y los dibujos animados eran sólo para niños. Pero eso ha cambiado, a los adultos también les gusta este género, quieren ir al cine a ver Shrek y Toy Story 3, y por eso cada vez más se han ido creando contenidos animados para los mayores, que disfrutan con estas películas y con series como Los Simpsons, Padre de Familia o Futurama.

Además, ahora, a parte del cine y de la televisión, el teatro se ha sumado a esta causa, y el ejemplo más claro es Avenue Q, la versión adulta de Barrio Sésamo que se ha estrenado este mes de septiembre en Madrid.

Los protagonistas: las marionetas

Los muñecos tienen un parecido muy razonable con los del famoso programa infantil. En vez de Epi y Blas, en Avenue Q viven Nicky y Rod; y, en lugar de El monstruo de las galletas, está Trekkie Monster, otro obsesionado, pero, en este caso, no con las galletas, sino con el porno.

Otro de los protas es Princeton, un universitario que acaba de terminar la carrera y llega a Nueva York para intentar empezar su recién estrenada vida de adulto. No tiene un duro y, por eso, aunque en Nueva York, se va a buscar piso a Avenue Q, un barrio en el que los precios de los alquileres son más asequibles porque está un poco alejado del centro (lejísimos, más bien).

Kate Monster es un adorable profesora que no ha encontrado todavía el amor, pero con la llegada de Princeton se le encenderá la llama.

Por su parte, Rod es un gay que no ha salido del armario; y Nicky es su compañero de piso.

Además, a ellos les acompañan en el vecindario una terapeuta japonesa un tanto frustrada, su futuro marido que se acaba de quedar en paro con treinta y pico, y  un niño prodigio de la televisión americana (Gary Coleman, el protagonista de la serie «Arnold») que ahora es el portero del edificio de Avenue Q.

Cada uno tiene su historia, su sueño, todavía por cumplir.

¿De qué va?

La obra habla en general de lo duro que es hacerse adulto. Cuando estamos en el instituto y en la universidad queremos hacernos mayores, ansiamos ser adultos y soñamos con una vida idílica que creemos que llevan los que no tienen que ir a clase a escuchar al profesor y tienen su trabajo y su dinero propio. Pero cuando acabas esa etapa y te introduces en la de la vida adulta, muy pronto descubres que aquella, en la que eras un chaval, era la más feliz.

En un principio, según los creadores, Avenue Q era para aquellos que estaban a punto de cumplir los 30 años y estaban intentando encontrar su sitio en la vida. De repente, de un día para otro, pasas de ser estudiante a ser adulto, a tener que buscar un trabajo, pagar tus gastos, etc.

Pero más tarde descubrieron que había muchos adultos, gente mayor, que todavía no había encontrado su lugar en la vida.

Con esta canción arranca el musical:

«Qué voy a hacer con mi licenciatura, no sé qué rumbo escoger.

Años de esfuerzo y conocimientos me han dado este inútil papel (refiriéndose al diploma o título)

Lo enseño y no cuenta, no tengo experiencia, y al mundo me debo enfrentar».

Aquí podéis ver el vídeo:

Un 10 a los actores

Las marionetas son perfectas, pero su manipulación por parte de los actores es magistral. De verdad parece que son los propios muñecos los que hablan y cantan, parece que se mueven por sí mismos. Además, hay tres actores que doblan marioneta, es decir, que son tres actores los que mueven y representan a las seis marionetas protagonistas, con lo que ello implica (hacer cambios de voz, saberse los movimientos, todo).

Según dijeron al final de la obra (no sé si por ir el primer fin de semana -no creo que lo hagan siempre-, los actores y el creador de la historia, Jeff Marx, mantuvieron una charla con el público al acabar la representación :)) fue para ellos un trabajo muy duro de varios meses, ya que ninguno había manipulado nunca marionetas; y, al parecer, es bastante complicado porque son duras y hay que utilizar la técnica adecuada para no hacerte daño en los dedos. El resultado final es brillante, marioneta y actor/actriz se convierten en uno solo.

Para terminar, y según la idea de Avenue Q, al final, lo más importante es que disfrutemos de cada instante, carpe diem, y no estemos siempre lamentándonos por no estar en etapas de nuestras vidas pasadas o futuras. Hay que vivir el momento, intentando ser feliz siendo como somos y con lo que tenemos. Si siempre estamos pensando en «si hubiera hecho…», «cuando yo estaba/era…», «cuando sea…», al final desperdiciamos  muchos momentos de nuestra vida.

Fotos: ABC, todosalteatro.com

Pedaleando entre canales

Puede que no tenga ningún edificio o monumento emblemático, como pueda ser la Torre Eiffel, en París, el Big Ben, en Londres, o el Coliseo, en Roma, pero sus canales, sus puentes y sus estrechas calles, o straats, le otorgan una belleza y una magia inigualables.

 

Canales

Es normal compararla con otras ciudades europeas ya que, efectivamente, por su emplazamiento, comparte muchos aspectos, pero lo cierto es que desde que pones el primer pie en la ciudad te das cuenta de que es diferente. Y no sólo porque las drogas y el sexo dejan de ser un tabú y están a la orden del día.

Se dice de ella que es una ciudad tolerante y respetuosa, donde impera la libertad por encima de todo (con responsabilidad, claro). Y es verdad, todo el mundo hace lo que quiere (vuelvo a recalcar, con responsabilidad), y no hay malos rollos, sino que lo que se respira (además de la marihuana) es un ambiente tranquilo, relajado. Varias ideologías, diferencias culturales y sociales, pero todas ellas gozan de un lugar en la sociedad y funcionan juntas a la perfección. Sin duda, es un ejemplo para otras muchas ciudades del mundo.

La ciudad de las bicicletas

Viniendo de una ciudad como Madrid, donde las bicicletas están muy poco integradas en la urbe como medio de transporte, es impresionante observar las riadas de bicis a cualquier hora del día y en cualquier lugar. Jóvenes, ejecutiv@s, abuelas… todos van en bici y, además, tienen una habilidad extraordinaria, ya que llevan la compra en sus cestas, cargan con algún amigo detrás, hablan por teléfono, mandan mensajes, y todo, a unos 40 km/h (o no sé, a mucha velocidad). De hecho, eso a veces resulta hasta peligroso, sobre todo para aquellos como nosotros que no estamos muy habituados a este sistema. Cuando quieres cruzar  -ya sea andando o con tu bici- tienes que prestar mucha atención de que no vengan bicis a toda velocidad, algún tranvía, un coche, o alguna moto.

Y “aparcar” la bici tampoco es nada fácil.

¿Dónde dejo mi bici?

 

Una singular arquitectura

Recorrer sus calles y cruzar sus numerosos canales tiene un encanto especial, así como sus edificios, que parecen sacados de una maqueta. Es como si de repente te encontraras en el siglo XVII.

 

Original arquitectura

 

 

 

Preciosa vista

 

 

 

 

 

 

Son muy estrechos, irregulares y en algunos casos parece como si se fueran a derrumbar. Pero todo tiene una explicación. Las puertas de los edificios y las escaleras eran muy estrechas, entonces idearon una polea en lo alto de los edificios para poder introducir en las casas o sacar de ellas los muebles grandes (como en Ghost, vamos) por las ventanas. Por eso, las casas se empezaron a construir inclinadas un poco hacia adelante para que los muebles no rozaran con la fachada.

Los edificios más antiguos de la ciudad son la Oude Kerk (Iglesia Vieja) y la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva), ambos dos templos góticos, la primera de principios del siglo XIV y la segunda de principios del siglo XV.

La Nieuwe Kerk se encuentra en la céntrica plaza de Dam, junto al Palacio Real. También en esta plaza se encuentra el Monumento Nacional, un obelisco construido en 1956 en honor a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

Por otro lado, la Oude Kerk se encuentra a escasos metros de algunos de los escaparates de prostitutas del Barrio Rojo, una curiosidad contando que se trata de una basílica religiosa.

Las luces rojas de neón

En este país, la prostitución fue legalizada en 1810. Desde el siglo XV las prostitutas se exhibían en los escaparates ambientados con tonos rojizos como las luces rojas de neón que continúan hoy en día. Es muy impresionante ver los escaparates y todo lo que se mueve a su alrededor. Sin embargo, todo hay que decirlo, ese ambiente es mucho más sano y relajado de lo que se pudiera esperar viniendo de un sitio así. Es indudable que nos llame la atención y, al mismo tiempo, nos escandalice un poco ver a las mujeres así exhibiendo y vendiendo su cuerpo, pero, al menos, es una actividad controlada; las prostitutas tienen sindicato, están controladas en todo momento por si algún cliente se pusiera violento y el tráfico de prostitutas está penado con cárcel.

 

Casa Rosso

 

 

 

 

 

 

 

Hay muchos lugares interesantes que visitar: la plaza del Nieuwmarkt, Zeedijk (donde se concentra la gran mayoría de la comunidad china de la ciudad), la Rembrandtplein, Leidseplein, el precioso mercado de las flores, donde se pueden comprar bulbos de tulipanes de todos los colores; el Rijkmuseum, el museo Van Gogh, la casa de Ana Frank, así como sus bellas calles: Damrak, Rokin, Oude Zijds Voorburgwal, Keizersgracht, Kalverstraat, Prinsengracht, Westerkerk, o Nieuwe Spiegelstraat, entre otras muchas.

La oferta es muy amplia y variada a lo largo de todas estas calles. Si te apetece ir de compras hay tiendas para todos los gustos, desde las grandes cadenas, como H&M, Zara, etc., hasta pequeñas boutiques y tienditas de segunda mano. Para tomar algo hay cafeterías y bares por todas partes, además de los famosos coffeshops.

La cadena de comida rápida FEBO es muy curiosa porque tiene máquinas expendedoras donde puedes comprar perritos, hamburguesas, patatas fritas y cosas así a cualquier hora del día. Y algo muy típico también es comprarse un cono de patatas fritas con mayonesa (o con cualquier otra salsa), ¡que están riquísimas!

 

FEBO

Para finalizar, algo que me llamó mucho la atención. Son estos meaderos públicos de plástico que se encuentran en muchas calles de la ciudad. Es una buena alternativa para que, aunque la gente haga pis en la calle, al menos no lo haga sobre las paredes, que luego las calles huelen mal.

 

Meaderos

¡Por cierto! ¡Sí, es Ámsterdam!

Fotos: Ana Nieto, The Leisure Photographer

 

¡Campeones!

11 de julio de 2010, un día histórico: España consigue su primera Copa del Mundo.

«La Roja» ya se había superado logrando el pase a semifinales, pero ayer dio el salto definitivo al alzarse como la ganadora del Mundial de Sudáfrica, tras vencer a Holanda por un gol a cero. El único tanto del partido lo marcó el gran Andrés Iniesta en el minuto 116.

Andrés Iniesta celebrando el gol.

Ese momento fue el más visto en la historia de la televisión, y es que todos los españoles -y muchos extranjeros seguidores de «la Roja»- permanecimos pegados a la pantalla, espectantes y en vilo, esperando el gol que nos diera la victoria. Aquí podéis ver de nuevo el gol de Iniesta. Yo no me canso de verlo, de hecho, me emociono cada vez que lo hago.

Y emoción es, precisamente, el sentimiento que nos envolvió ayer a todos, como declaraba después del partido otro número uno del deporte nacional e internacional, Rafa Nadal. El mallorquín, uniformado de arriba a abajo, con la bandera, la camiseta y la bandera española, aseguró que se había puesto a llorar como un niño cuando el árbitro pitó el final del encuentro.

La emoción se vio de manera evidente en todos y cada uno de los jugadores de la selección, empezando por su capitán, Iker Casillas, quien protagonizó una de las imágenes más espectaculares de la celebración al besar a Sara Carbonero en plena entrevista. Después de todas las críticas y los ataques que se han hecho a su relación durante el Mundial, el portero del Real Madrid y de la Selección quería así acallar las voces de todos los que les han juzgado.

Aquí está el otro vídeo (o el vídeo) más visto de ayer: el beso de Iker Casillas y Sara Carbonero

Pero seguimos con las emociones. Ayer, por primera vez en mucho tiempo, la gente se unió por un único equipo, el de todos, por un país, y eso en España no es nada fácil ni frecuente. No pretendo sonar demasiado patriótica ni que esto se politice, pero me hizo ilusión ver a madridistas, atléticos, vallecanos, béticos y sevillistas, o lo que es lo mismo, madrileños, andaluces, gallegos, catalanes, manchegos, castellanos, riojanos…TODOS de buen rollo y unidos, dejando de lado las opiniones políticas, históricas, y siendo, simplemente, ciudadanos de un país que se alegran por el triunfo de su selección de fútbol. El deporte une.

¡¡Enhorabuena a tod@s y a seguir celebrándolo!!

 

La Cibeles

Paseo de Recoletos

Todos con "la Roja"

Afición

Seguidor de "el Guaje"

El Empire State da la enhorabuena a "la Roja"

¿Cómo de segura crees que es tu contraseña?

Normalmente tenemos una contraseña para todo: para el correo (o diferentes cuentas de correo), para Facebook, Twitter y otras redes sociales, para mirar los movimientos bancarios, etcétera. Si tuviéramos una diferente para cada cuenta que utilizamos en Internet nos resultaría muy difícil acordarnos de qué contraseña teníamos en cada sitio, por eso unificamos. Es muy lógico y correcto, pero si algún día le da a un hacker por averiguar nuestra contraseña y lo logra, tendrá la puerta abierta para cotillear y tocar todos nuestros datos a su antojo.

¿Crees que has escogido una contraseña segura? Lo puedes comprobar en la web How Secure Is My Password. En el espacio en blanco escribes tu contraseña y te dice los segundos, las horas, los días o los años que tardaría un hacker en hacerse con tu contraseña. Hazlo y no te asustes si descubres que tu contraseña es facilísima, es normal, lo que puedes hacer es tratar de complicarla un poco.

En la parte de abajo de la web hay un botón («Choosing A Secure Password«) que te ofrece una pequeña pauta para elegir una buena contraseña, a prueba de hackers.

Entre las cosas que hacemos mal a la hora de fabricar nuestra contraseña señala, por ejemplo, incluir información personal, del tipo de tu nombre, fechas de nacimiento, apellidos, teléfonos, o aquellas en las que se pone de contraseña el nombre de usuario o de cuenta, o la dirección de email.

También sugiere evitar cosas muy típicas como utilizar cualquier palabra y añadirle un número o símbolo. Por ejemplo: «abanico1». O duplicar la palabra: «abanicoabanico». O escribir la palabra al revés: «ocinaba». Del mismo modo, desaconseja cambiar algunas letras por números que se parecen, como si en vez de escribir «abanico» pusiera «a6an1c0». Es verdad que, en general, si lo compruebas no hay mucha diferencia, pero hay en casos en que sí se complica un poco por el hecho de utilizar algunos de estos «malos hábitos».

Estos son algunos de los truquillos para fabricar una contraseña segura:

  • Utilizar al menos 8 caracteres, mezclando mayúsculas y minúsculas, números, signos de puntuación, espacios y símbolos.
  • No utilizar la misma contraseña más de dos veces, y cambiarla regularmente. Éste es uno de los errores que más cometemos. ¿Quién cambia su contraseña de vez en cuando??
  • Elegir una contraseña que puedas escribir rápidamente, para así evitar que a alguien le dé tiempo a ver lo que escribes y descubra tu contraseña. Esto me parece un poco exagerado, pero en fin.
  • Utilizar la primera letra de cada palabra de un verso o frase de una canción. Por ejemplo: «I used to rule the world, seas would rise when I gave the word». La contraseña sería IUTRTWswrwigtw. ¡Si es una canción que te guste mucho no la olvidarás!

¡Ahora a cambiar o a modificar contraseñas! Ánimo!

¿Tú cuantos colores conoces?

Melón, fresa, plátano, mandarina…son frutas, sí, pero TAMBIÉN SON COLORES!!!

Todo el mundo conoce «Stop», ¿verdad? Ese juego que cada uno lo llama como quiere y que podríamos decir que es la versión casera del Scattegories. Pues bien, supongo que a muchos os habrá pasado que os han mirado con cara rara o con cara de «ya estás haciendo trampas» por poner, por ejemplo, en la casilla de color, con la letra L, «limón».

-«¡Limón!, ¡limón es una fruta, no un color!»

¿Os suena? A mí sí. Tengo que decir que, por lo general, estas quejas siempre me han venido del sector masculino, aunque no quiero generalizar porque sé que hay hombres que ven más de los siete colores básicos del arco iris. Lo que sí es cierto, y está estudiado, es que la ceguera al color o daltonismo es un problema que afecta mucho más a los hombres que a las mujeres. Y esto es, más que nada, cuestión de genética, ya que los genes que codifican los pigmentos se encuentran en el cromosoma X, que está presente dos veces en la mujer (XX), mientras que lo está una sola vez en los hombres (XY).

Os dejo aquí un gráfico que me encontré el otro día en doghousediaries.

Y aquí os lo pongo en español. (Fuente: nopuedocreer)

Ya sabéis, a partir de ahora, podéis hablar tranquilamente del color berenjena, del rosa chicle o del verde lima.

¿Se te había olvidado ya?

Noticias hay todos los días, pero los hechos ocurridos no duran sólo un día, aunque algunas veces lo parezca. Simplemente desaparecen del panorama informativo o, al menos, disminuyen su presencia en él con el avance de las semanas.

Hace algo más de dos meses, exactamente el 20 de abril, una plataforma petrolífera de la empresa British Petrolium (BP) hacía explosión en las aguas del golfo de México. La cantidad de petróleo soltada al mar oscila entre los 12.000 y los 25.000 barriles diarios. Con estas cifras, se calcula que desde que se produjo la rotura de la tubería se podrían haber vertido unos 444.000 barriles, el peor derrame de la historia de Estados Unidos.

Muchas veces, las cifras nos resultan insuficientes para materializar la magnitud de los acontecimientos o, mejor dicho en este caso, la magnitud del desastre. Por eso, se ha puesto en marcha una web, http://www.ifitwasmyhome.com/, que te permite «mover» la mancha de crudo a cualquier lugar del mundo. Y es que, en la mayoría de los casos, uno no toma conciencia de la realidad lejana, de aquella que le pilla a unos cuantos kilómetros de su casa, sino que sólo le afecta si le toca de cerca. Esta web facilita, de algún modo, ese acercamiento, ya que permite hacerte a la idea de las dimensiones de la mancha de petróleo.

Por ejemplo, así se vería el derrame sobre Madrid:

 

Si el derrame fuera sobre Madrid

La mancha de crudo abarcaría el espacio de unir Valladolid, Salamanca, Cáceres, Toledo, Cuenca y Zaragoza!! ¿A que ahora te haces una idea de la barbaridad del desastre?

¿Y si «colocamos» el vertido de BP sobre Nueva York?

Si el derrame fuera sobre Nueva York

Meteos en la web y curiosead un poco. La mancha de petróleo cubriría las Baleares, gran parte de nuestra costa mediterránea, etc. Y todo por ignorar hasta tres señales de alarma que se dieron horas antes de la explosión.

¿Qué tienen esos regalitos publicitarios?

A todos les vuelven locos. Da igual, sea lo que sea, todo el mundo quiere uno. Y si pueden ser varios, mejor, claro. Un boli, un cuadernito, unos lapiceros enanos tipo IKEA, una bolsa de tela, o hasta una cinta de esas para colgar las acreditaciones o el móvil, pero que luego no las usas para nada y se te acumulan mil en casa! Da igual, porque te salieron gratis. Gratis, ése es el quid de la cuestión, ¿no? Si no, no lo entiendo.

Yo soy la primera a la que le encantan esos bolis de publicidad. Siempre digo que pintan mejor que cualquier otro boli, y es verdad, así que si me regalan uno, encantada. Ahora, de ahí a mendigarlos… Es que es muy curioso ver cómo gente con un nivel económico bueno, aceptable, se arrastra por conseguir un simple boli o algo que ni siquiera sabe lo que es, pero que lo quiere. Va vestido con un polo de Ralph Lauren o lleva un vestidito de Custo, pero quiere la camiseta cutre XXL con el logo de la empresa. A veces piensas, ¿es que no tienen dinero para comprárselo? ¿O es que tengas el nivel económico que tengas, lo gratis es gratis y hace ilusión poder llevarse cosas gratis a casa?

Ante un mostrador, por ejemplo, la actitud primera de la gente es pasar, casi incluso sin saludar. «No tengo nada que decir», «voy a mi bola», «no me apetece que me suelten ninguna chapa», «no quiero comprar nada, ni suscribirme, ni que me manden nada al correo». ¿Pero qué ocurre cuando, de repente, de lejos, en ese mostrador tan temible, ve que dan un regalo? Que pasan de no querer dar nada (ni un simple saludo) a querer darte la vida si fuese necesario con tal de conseguir ese regalito promocional. Sus pensamientos cambian a «¿qué tengo que hacer para que me des uno de esos?» Es en ese momento cuando te das cuenta de la insignificancia y simpleza del hombre («hombre» genérico, ¿eh?, del ser humano, tanto hombre como mujer), de su debilidad y su flaqueza, de su desesperación y de su afán de posesión y  aprovechamiento. Ves en sus ojos el nerviosismo y, minutos después, la alegría y relajación cuando finalmente se ha podido hacer con un cacharro que no va a utilizar nunca. Pero lo tiene en sus manos, ¡ya es suyo!

Lo que no piensa es que por ese trofeo, por ese boli, por ese segundo cuadernito que ha pedido o por el regalo final, ha dejado atrás esos principios con los que él iba tan airoso antes de ver el regalo, y al final ha dado su correo electrónico, sus teléfonos, dirección y ha dicho que, por favor, le avisaran de todo (sobre todo si va a haber nuevos regalos).